El hombre «tragado» por una ballena en Chile: ¿Accidente o una advertencia de la naturaleza?
Bahía Águila, Chile – Lo que parecía un tranquilo paseo en kayak se convirtió en una escena sacada de una historia bíblica. Adrián Simancas, un joven de 24 años, vivió en carne propia un insólito encuentro con una ballena jorobada que lo envolvió momentáneamente con su boca antes de soltarlo, dejándolo con una mezcla de terror y asombro.
El impactante suceso, registrado en video por su propio padre, generó conmoción y preguntas: ¿puede una ballena realmente tragarse a un ser humano? ¿O este encuentro es una señal de que la naturaleza está reaccionando ante la presencia humana en su hábitat?
Un instante entre la vida y la muerte
“Sentí que algo me absorbía, vi una sombra oscura y húmeda que se cerraba sobre mí. Había oscuridad, quedé hundido”, relató Simancas en una entrevista televisiva. Por un momento, creyó que su vida había llegado a su fin.
El joven y su padre no habían advertido la presencia de ballenas en la zona. Solo después, al revisar las imágenes, se dieron cuenta de que varios cetáceos nadaban cerca.
La convivencia con los gigantes del océano
Las ballenas jorobadas, conocidas por sus impresionantes saltos y su curiosidad, habitan todos los océanos y suelen migrar a aguas más cálidas para reproducirse. Aunque no suelen atacar a los humanos, su proximidad a embarcaciones pequeñas no es inusual.
El Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura de Chile (Sernapesca) advierte que, aunque estas ballenas no son agresivas, pueden representar un peligro involuntario para los navegantes. “No temen a las embarcaciones y su tamaño imponente hace que cualquier encuentro pueda ser riesgoso”, explicó la entidad.
¿Un mensaje del océano?
El caso de Simancas recuerda al del pescador estadounidense Michael Packard, quien en 2021 fue engullido brevemente por una ballena jorobada antes de ser escupido ileso. Los expertos afirman que la garganta de estos cetáceos es demasiado estrecha para tragar a un ser humano, pero los encuentros fortuitos pueden ocurrir cuando las ballenas abren su boca para alimentarse.
Sin embargo, más allá de la biología, algunos ambientalistas ven estos incidentes como un mensaje de advertencia: la actividad humana en los océanos está alterando el equilibrio natural. El aumento del tráfico marítimo, la contaminación y el cambio climático afectan los ecosistemas marinos, y encuentros como el de Simancas podrían ser un recordatorio de que el mar no es nuestro dominio, sino un hogar compartido con especies que llevan siglos habitándolo.