El contundente mensaje de Deyna Castellanos sobre la sanción al exentrenador de la Vinotinto femenina
La futbolista venezolana Deyna Castellanos, actual capitana de la Vinotinto femenina y destacada jugadora del club estadounidense Bay FC, celebró con satisfacción la ratificación de la sanción impuesta al exseleccionador nacional, Kenneth Zseremeta, quien fue acusado de abusos contra varias jugadoras durante su etapa al frente del equipo nacional. La sanción fue confirmada por el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), lo que generó una ola de reacciones en el ámbito deportivo y, en especial, entre quienes luchan por la dignidad y el bienestar de las atletas.
A través de su cuenta de X (anteriormente Twitter), Castellanos expresó su gratitud y apoyo hacia las jugadoras que alzaron su voz para denunciar los hechos. La capitana de la Vinotinto no ocultó su satisfacción tras la ratificación de la sanción, que considera un paso importante en la construcción de un fútbol femenino más seguro y justo.
«Gracias a la valentía de mis compañeras por alzar la voz, hoy el fútbol femenino es un lugar un poco más seguro», escribió Castellanos, reafirmando su postura de condena hacia las acciones de Zseremeta. La futbolista ha sido una de las más vocales en denunciar públicamente las conductas inapropiadas del exentrenador, quien, durante su tiempo al mando de la selección, logró importantes hitos, como la clasificación al Mundial sub-17 en tres ocasiones, pero también dejó una sombra de acusaciones que empañaron su legado.
La sanción de Zseremeta
La Comisión de Ética de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) decidió imponer una suspensión de 20 años a Kenneth Zseremeta, lo que significa que no podrá participar en ninguna actividad relacionada con el fútbol durante dicho periodo. Además, se le impuso una multa económica de 24.000 dólares. Esta resolución fue el resultado de una exhaustiva investigación interna realizada por la FVF, que recabó pruebas y testimonios de diversas jugadoras afectadas por los abusos denunciados.

El caso fue llevado ante el TAS, el principal órgano de arbitraje deportivo internacional, que ratificó la decisión de la FVF. Con esta medida, el fútbol venezolano envía un mensaje claro de que no tolerará ninguna forma de abuso dentro de sus estructuras, en un esfuerzo por proteger la integridad y los derechos de sus deportistas.
«La resolución tomada refuerza el compromiso de la FVF en la lucha contra los abusos y en la defensa de los derechos de todas y todos los atletas», señaló el organismo en un comunicado oficial. En adición, la FVF anunció su intención de solicitar a la FIFA una sanción a nivel mundial, conocida como «World Wide Sanction», para que la prohibición de Zseremeta tenga validez en todos los ámbitos del fútbol internacional. Este paso, esperan, será crucial para garantizar que se haga justicia y se protejan a las víctimas de cualquier tipo de abuso en el futuro.
El legado de Zseremeta y las repercusiones
Kenneth Zseremeta, quien dirigió la selección femenina de fútbol de Venezuela entre 2008 y 2017, dejó una huella ambigua en el fútbol nacional. Durante su mandato, la selección sub-17 alcanzó tres clasificaciones a Mundiales de la categoría, logrando destacar con dos cuartos lugares en los torneos de 2014 y 2016. Sin embargo, su gestión fue marcada por la controversia debido a las denuncias de abuso por parte de varias jugadoras, lo que ha oscurecido los logros deportivos alcanzados bajo su liderazgo.
La decisión de sancionar a Zseremeta es un reflejo de los cambios necesarios dentro del fútbol femenino para garantizar que las jugadoras puedan desarrollarse en un entorno seguro y libre de abusos. Este paso histórico no solo marca un precedente en Venezuela, sino que también resalta la importancia de visibilizar los casos de abuso en el deporte, un tema que hasta ahora había sido minimizado en muchas partes del mundo.
La reacción de Deyna Castellanos es solo un ejemplo del creciente movimiento dentro del fútbol femenino para fortalecer la seguridad y la dignidad de las jugadoras. Con esta sanción, se da un paso importante hacia un futuro en el que las jugadoras no solo sean valoradas por su talento, sino también respetadas en su integridad personal.
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