Trump da un paso atrás frente al precipicio de una guerra comercial total
Washington, D.C. – Luego de días de retórica contundente y promesas de imponer aranceles «recíprocos» generalizados a decenas de países, la Casa Blanca de Donald Trump ha optado por pausar, aunque parcialmente, su ofensiva comercial global. La esperada escalada arancelaria ha quedado suspendida por 90 días, una medida que marca un giro notable en la política económica del expresidente.
A pesar de que su equipo descartó como “falsas” las informaciones iniciales sobre una posible pausa, hoy esa suspensión es una realidad, con algunas excepciones significativas: los aranceles a las importaciones procedentes de China aumentaron hasta un 125%.
La pausa, anunciada inicialmente a través de una publicación ambigua en la red social Truth Social, dejó a gobiernos y mercados sumidos en incertidumbre. ¿Incluye la medida a la Unión Europea? ¿Qué ocurre con México y Canadá, que habían estado exentos de los aranceles base del 10%? ¿Afecta a sectores estratégicos como el acero o los semiconductores? Las respuestas llegaron a cuentagotas, forzando a los socios comerciales de Estados Unidos a interpretar declaraciones fragmentadas y respuestas informales durante las ruedas de prensa en la Casa Blanca.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, intentó presentar la pausa como parte de una estrategia premeditada:
“Más de 75 países se han puesto en contacto con nosotros, y me imagino que, después de hoy, habrá más”.
La versión oficial señala que el objetivo es suspender temporalmente la aplicación de nuevos aranceles para iniciar negociaciones bilaterales con países individuales. No obstante, el movimiento ha sido interpretado por muchos analistas como una retirada táctica frente al creciente rechazo internacional, la desaprobación pública y las turbulencias en los mercados financieros, que ya registraban caídas en el sector de bonos y un clima de pánico entre los inversionistas.
Peter Navarro, asesor comercial del expresidente, insistió en que todo está saliendo según lo previsto:
“El plan arancelario de Trump se desarrolló exactamente como debía”.
En la misma línea, Karoline Leavitt, secretaria de prensa de Trump, respondió a las críticas asegurando que los aliados y competidores internacionales están prestando atención:
“El mundo entero está llamando a Estados Unidos”.
Sin embargo, la decisión no implica una desescalada total. Al contrario, mientras se suspenden temporalmente muchos de los aumentos arancelarios, la tensión con China se intensifica. En una clara señal de endurecimiento, los aranceles dirigidos al gigante asiático se elevaron de manera considerable, lo que sugiere que la disputa comercial entre las dos mayores economías del mundo está lejos de llegar a su fin.
Por ahora, la ambiciosa promesa de Trump de reconstruir la industria manufacturera estadounidense a través de medidas proteccionistas queda en suspenso. Mientras tanto, el mundo espera señales más claras sobre el rumbo comercial de Estados Unidos.